…Estas fotos, contienen un hieratismo de fuerte carga simbólica que no podemos disociar de las imágenes vinculadas en nuestro inconsciente visual a lo sagrado.
Este esplendor femenino que se asienta voluntariamente en la fragilidad, consiguiendo la majestuosa presencia de las Madonas o las Inmaculadas de Murillo y Zurbarán, evocadas en este aire ingrávido contagiado de iconografía oriental y algo inocente. Se trata de la reivindicación del sentir como modo de conocimiento universal. En cierto modo el mundo está construido con metáforas universales que nos persiguen siglo tras siglo, varían su entonación, modificamos sus matices.
Entre ellas la de la esfera. Su simbolismo recorre desde la Antigua Grecia hasta la Edad Media, desde Atenas a Damasco. Parménides defiende que la esfera (sphaira) constituye el principio cósmico fundamental. Esta “circularidad” del ser también se reproduce en las cosmovisiones de Empédocles y de Anaximandro y llega hasta Platón en el Timeo donde el cosmos es concebido como una esfera.
El lenguaje alquímico medieval concibe a Dios como “esfera cuyo centro es ubíquo y cuya circunferencia nunca vemos”. Mientras que en la Antigüedad la esfera era referida a la divinidad, al cosmos y al “alma del mundo”, su simbolismo ha ido ampliando significado, así con los románticos simbolizaba el alma individual y finalmente al “yo ideal”. Todo esto se halla contenido aún en esa imagen que identificamos simplemente como esfera, y no se puede obviar
Cada obra de esta exposición requiere ser contemplada con detenimiento como si se tratara de una estrella , para ver todas sus irisaciones con detalle , estrella que es en sí un punto refulgente lleno de cualidades propias pero el sentido de su luz adquiere su máximo significado en el contexto de la constelación, no hay VELO sin MUDA ni esta sin CUERPO ni cuerpo sin ESFERA, así la esfera se cierra con un centro equidistante de cada estrella, formando esa constelación que es la obra de Mapi Rivera.