Esta publicación sintetiza y concluye la itinerancia internacional iniciada en el año 2007 (Institutos Cervantes de Damasco, Dublín y Bruselas) de “Todo cuanto amé formaba parte de ti”, incorporando seis nuevos trabajos, como epílogo y cierre de un círculo que deja aprisionado un juego especular de resonancias atemporales.
Son dos los objetivos del proyecto. Por una parte, desarrollar una historia del videoarte español a partir de una selección de obras pertenecientes a creadores que abordan cuestiones vinculadas a los sentimientos encontrados y a las fracturas de los cuerpos y las almas. Así, el eje de la propuesta curatorial disecciona la idea de cómo los afectos y la memoria trazan senderos cuya cartografía es borrosa e inestable…
Crecemos de la fragilidad a la fortaleza, de la oscuridad a la luz, para volver de nuevo a ella, perdiéndonos y empapándonos de flujos, sabores y olores… Pensando que quizás nunca haya vencedores ni vendidos, que la eternidad es una espiral donde los entretiempos fusionan los recuerdos y los debilitan…
Efectivamente, todo es efímero, pero vivir es registrar y sobretodo registramos consciente o inconscientemente de forma compulsiva, vivencias de amor y de desamor que, como en la cebolla, van formando capas que ese superponen en nuestra memoria y nuestra alma…
El vídeo es uno de los mejores medios para capturar historias personales y reflexionar sobre qué pasa con lo que aparentemente no vemos o con lo que creímos olvidar…
Cuatro años han marcado el inicio y el fin de este ciclo, que permite abrir una vía de investigación en el campo del significado de la creación audiovisual en cuanto a recursos y narrativas para la transmisión de los sentimientos y sus mutaciones respecto al tiempo. El espectador, atrapado en los deslizamientos de las imágenes, puede tener la capacidad de reflexionar y entender ciertos mecanismos que se escapan de primeras a la razón…