ELABORANDO LA DULZURA
“Si tu corazón se ha transformado en un panal de miel es porque llevas tiempo elaborando la dulzura. Si tu pecho esta líquidamente atravesado, si borbotean en él las gotas de la miel, si cultivas con intensidad un cariño que te trasciende, si sientes el continuo cosquilleo de las abejas que transforman tu cordialidad en un gran panal, es que tienes unas manos, tienes una habilidad.
Si vuestras manos están conectadas con vuestro corazón, haréis lo que estáis destinados a hacer, igual que las abejas transforman el polen en miel, transformareis vuestra vida con actos de dulzura, con actos de generosidad, viviréis ebrios de cordura creando con vuestras manos aquello para lo que estáis destinados.
Cada uno de vosotros tiene un don y la mayoría no tiene solo un don sino que tiene muchos dones, un corazón con infinitas cavidades hexagonales que rezuma miel. La miel es el resultado de una labor combinada que une la generosidad de la flor con la labor de un insecto que vuela y que tiene el don de transformar lo que se entrega en lo que se elabora, si os entregáis y además os recreáis, si os abrís y además os cultiváis, generáis la alquimia perfecta, pues estáis en sintonía con aquello que se abre y aquello que se crea.
Hay unos hilos finos que unen todo lo que es, que interconectan todo lo que es, y así, los actos de generosidad siempre se transforman en creatividad, porque son generosos son creativos y si alguien los ve, los puede recrear. Utilizad vuestras manos como la abeja utiliza su don, pues tenéis el don de crear belleza a partir de la belleza, tenéis el don de intensificarla, de ampliarla para que aquellos que no son capaces de verla la puedan reconocer.
La miel está en el polen de la flor abierta, pero hace falta que la abeja la convierta en miel para que otro la pueda saborear, así la vida está sembrada de belleza, pero hace falta que las personas de visión abierta, los creadores o artistas la conviertan, la amplifiquen, la transformen para que otros puedan reconocerla y saborearla de forma indirecta.
Cada uno de vosotros tiene un don para amplificar la belleza de la vida, sois como las abejas que conectan esos hilos invisibles, que os nutrís de la inspiración que circula en vuestro planeta, pues vuestro planeta está sembrado de belleza. También sois los que tenéis un don, tejedores de cielos aquí en la tierra, pues os conectáis con el hilo invisible de la Fuente que siembra vuestra tierra, que siembra vuestra belleza, así sois capaces de amplificarla, pues sois capaces de ir a la raíz de la belleza.
Toda vuestra vida en la tierra tiene una raíz en vuestro planeta y otra raíz en el Origen del que proviene. Muchos ven solo la apariencia, muchos ven solo la raíz que se nutre de la tierra, pero no ven los filamentos de vida, las ramificaciones de Luz que unen a toda forma de vida al Origen de la vida. Los creadores tenéis la capacidad de usar vuestras manos, de usar vuestros dedos que están conectados en filamentos luminosos con vuestra cordialidad y con vuestro Origen.
Así, todo aquel que es capaz de transformar el polen en miel, es capaz de vivificar aquello que toca, aquello que crea porque le dota de la vida intensificada de los hilos ramificados del Origen, que, en verdad, son la Fuente de toda belleza. Hay belleza en todo lo que es, hay belleza en todo lo que existe, y toma miles de formas, innumerables rostros tiene la belleza.
Cuando seáis capaces de extasiaros sin tocar nada, sin elaborar nada, con la belleza que os rodea, estaréis contemplando desnudos la vida y no necesitareis intermediarios. Nosotros mediamos entre la Fuente y vosotros, somos los traductores de la palabra impronunciable, somos los imagineros de la imagen sin rostro, pues mientras tenéis ojos necesitáis ver, mientras tenéis nariz necesitáis oler, y mientras tenéis oídos necesitáis escuchar palabras inspiradas para despertar. Y, mientras tenéis corazón, necesitáis radiar en un campo de sensitividad, sentir el aguijoneo de los pequeños insectos que os atraviesan con emociones, con exaltaciones, con creaciones, necesitáis sentir la alquimia del aguamiel de la ternura, del Amor. Y, mientras tenéis pies, necesitáis caminar descalzos para descubrir quien sois, para descubrir vuestras raíces de tierra y necesitáis extender vuestras manos para descubrir vuestras raíces de Luz.
Cada uno de vosotros tiene un don, tiene un sentido más afinado que el otro y algunos podéis tener varios sentidos muy agudizados, y algunos podéis tener la sensitividad flor de piel, los poros convertidos en panales de miel, y el corazón atravesado de tanto elaborar vuestra dulzura.
Aquellos que vivís creativamente recibís impulsos de Luz, no solo de la Fuente sino de todo lo que veis y os rodea, pues todo lo que veis y os rodea es un germinar de Luz. Igual que vosotros creáis imágenes, igual que vosotros creáis melodías, igual que vosotros creáis gestos de generosidad y armonía, toda la vida se despliega diariamente, silenciosamente, incondicionalmente, muestra su abrumadora belleza.
Usad vuestras manos para aquello que estáis predestinados, abrazad con vuestras manos vuestro destino, sabed que no está escrito, sabed que vosotros escogéis la forma de expresarlo, pero igual que en la abeja late la necesidad de hacer miel, en vosotros late la necesidad de crear belleza, de aumentar la vibración de lo sublime, de exaltar la presencia del misterio, por eso sois autores, por eso sois creadores, por eso tenéis un don sin igual, que es el de multiplicarla belleza.”