ESPOROGÉNESIS, 2021, 2022

Mapi Rivera

Somos como una flor abierta. Cada uno de los pétalos de esta flor es una vida que se despliega. El centro de la flor es nuestra esencia sensitiva que toma cuerpo sensible una y otra vez. Durante cada una de nuestras encarnaciones, esta sensitividad nuclear se acomoda a una corporeidad que inevitablemente estrecha su percepción sensitiva para manifestarse sensiblemente.

Con cada una de nuestras vidas empieza una contracción, el constreñimiento de nuestra sensitividad. Al deslizarse en los pétalos de la vida manifiesta, la sensitividad se sumerge en el interior de nuestro cuerpo sensible y empieza a ser olvidada, aun permaneciendo siempre en estado latente.

El proyecto en desarrollo ESPOROGÉNESIS trata de la capacidad que dilatar nuestra percepción para sostener un relato amplificado de la matriz de la realidad. Las personas que han transfigurado su visión la describen en términos de un entramado de Luz, vibración y energía. Cuando nacemos al mundo, lo único que percibimos es un flujo vibrante y vivo de luz, sin contornos ni formas aparentes. Abrimos los ojos, pero al mirar hacia el exterior seguimos percibiendo con una mirada sensitiva que lleva meses virada hacia el interior en el útero materno.

Los sentidos externos, nuestra sensibilidad, nos muestran únicamente una franja del espectro vibracional y visible de la complejidad que somos. No cabemos en nuestros cuerpos, aunque creamos que su liminalidad es la que nos permite percibir el mundo. Cuando abrimos y dilatamos esta percepción sensible, facilitamos que nuestra sensitividad profunda emerja y perciba desde su modo ampliado y abarcador.

Donde acaba nuestra sensibilidad, empieza nuestra sensitividad, y esta es un océano de saber, ya que, en nuestra esencia, estamos unidos al Origen de todo lo que es, ha sido y será. La encarnación no es más que la coagulación en un Cuerpo de Percepción sensitivo, extenso y dilatado.

Cuando descubrimos que somos semillas, oósferas, que hemos venido a germinar y a florecer al mundo, no podemos hacer otra cosa que irradiar el polen de la generosidad, fecundarnos de entusiasmo y reproducir ternura. La iluminación de la percepción es la realización de que somos seres fotosintéticos, y que la Luz que se manifiesta irisada a nuestro través, es nuestra verdadera naturaleza.