LOS ESTRATOS DE LA REALIDAD · 2025

Dicen: “Sois, en verdad, como una caja de resonancia tanto para la memoria original, como para todas las oleadas de memorias que habéis vivido vida tras vida, así como todas las experiencias de vuestra propia vida actual, que a su vez están interconectadas con todas las vidas vividas, y con la vida original. Vuestra elección de una vibración es la que permite la reconexión.

Es como si transitarais estados frecuenciales que, a su vez, resuenan con todas las experiencias de esa frecuencia. Cuando accedéis a un momento de puro amor incondicional todas las vivencias y experiencias que habéis tenido en esa frecuencia, empiezan a vibrar en el reconocimiento de vuestra propia biología frecuencial, de vuestra memoria experiencial. Cuando ese sentimiento de amor abre las compuertas de vuestra percepción, no solo conectáis con todas esas experiencias vividas en esa misma frecuencia, sino que conectáis con la frecuencia original de Amor incondicional que impregnó esas experiencias.

Y es así como recordáis, recordáis al acceder a la frecuencia de la experiencia. Por eso los momentos de puro Amor son los que os conectan con el recuerdo de vuestro Origen, con lo que en verdad sois. Y casi podríamos decir que todos los demás momentos son momentos de desmemoria, porque todos los momentos que vivís en los que no vibráis en esa frecuencia de Amor incondicional, son momentos de anhelo de ese Amor incondicional.

Y, por tanto, son momentos en los que no experimentáis vuestra auténtica realidad, en los que vuestra auténtica esencia está de alguna forma en estado de latencia. Por ello eso que llaman revelación, inspiración, incluso iluminación, no es otra cosa que la emergencia del recuerdo de lo que sois, porque accedéis a esa frecuencia de Amor en la que vibráis plenamente, en la que accedéis a vuestro ser original.

Entonces, podríamos decir que la vida de las personas se debate entre momentos de olvido profundo, momentos de memoria velada, momentos de memoria que despunta en la frecuencia del recuerdo, y momentos de profundo desvelamiento, en el que vuestra esencia vibra en la remembranza de lo que sois; puro Amor incondicional…»