La lectura de los textos del místico sufí Ibn Arabi fueron fuente de inspiración mientras permanecí en la residencia artística Ifitry, en Essaouira, Marruecos. Según Ibn Arabi fue través de “un orificio como el agujero de una aguja, que vió un hermoso resplandor y una deslumbrante luz”.
Un mediodía, en que intentaba conciliar el sueño, llegué a oir su voz y una preguntá me atravesó como un relámpago; ¿Puede una aguja enhebrar al sol? Esta pregunta me aguijoneó el corazón y una luz palpitante, viva y gozosa traspasó mi pecho vacío. Comprendí en ese momento que para hilvanar al sol, para religarme a su luz, primero debía estar hueca de mí. Por ello, en este vídeo, la acción de descubrirme es símbolo de desnudar la mirada, de renacer atravesando la fisura o el orificio que permite la verdadera visión de una luz vibrante y viva
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